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Calarcá y la Infiltración Criminal: El Escándalo que ya Amenaza a Empresas y Estado

En Colombia, las denuncias sobre “infiltración criminal” dejaron de ser teoría conspirativa. Los llamados “Archivos Secretos de Calarcá” son el caso más reciente y explosivo de un patrón que se repite: estructuras armadas y redes narcotraficantes que no solo desafían al Estado desde afuera, sino que buscan coartarlo desde adentro, acceder a información estratégica y condicionar decisiones de alto nivel.

 

Muchos leen este escándalo como un problema exclusivo del Gobierno Petro. Es un error. Para el sector privado, el mensaje es claro: si el crimen organizado puede llegar a la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI), también puede hacerlo a una junta directiva, un comité financiero o un equipo de tecnología, como ha ocurrido en México con carteles cooptando empresas de logística o en Italia con la ‘Ndrangheta lavando dinero en firmas legales.

1. El escándalo que destruye la confianza: el caso Calarcá

Los dispositivos incautados a Alexander Diaz Mendoza, alias Calarcá, muestran algo más que conversaciones entre criminales. Investigaciones periodísticas apuntan a la posible existencia de:

  • Información reservada de la Fiscalía, el Ministerio de Defensa, el Ejército y unidades de Inteligencia.
  • Referencias a oficiales de alto rango y a un directivo clave de la DNI, Wilmar Mejía, con quien se habrían sostenido contactos para influir en traslados, ascensos o destituciones de oficiales.
  • Conversaciones que apuntan a proyectos de empresas de seguridad fachada, un mecanismo clásico para lavar dinero, mover recursos y comprar legitimidad.

El punto más sensible surge con las menciones a posibles nexos con la campaña presidencial de 2022. Esto activó reacciones institucionales y abrió investigaciones sobre presunta corrupción de funcionarios militares y de inteligencia por parte de grupos disidentes de las FARC.

El eje del escándalo es evidente: la inteligencia estratégica del Estado habría sido vulnerada. Si un funcionario con acceso al círculo presidencial es señalado por contactos ilegales con un grupo armado que recibe datos reservados para evadir operaciones, estamos frente a un caso de captura institucional parcial.

 

Cuando la DNI, la Fiscalía y el sector defensa aparecen asociados a filtraciones con un alto riesgo, no se trata de un incidente aislado. Es la confirmación de lo que analistas de seguridad han advertido por años: Colombia opera bajo un escenario de infiltración sistémica, donde el crimen organizado descubrió que es más eficiente penetrar al Estado que enfrentarlo abiertamente.

 

Conclusión: sí información reservada termina en manos de una disidencia armada, la inteligencia nacional está comprometida y cuando se compromete la inteligencia, se compromete todo: la justicia, la seguridad y la legitimidad institucional.

2. La paradoja ideológica: socialismo vs narcotráfico

El caso Calarcá expone una contradicción que el Gobierno evita abordar: un proyecto que se define como progresista, reformista y orientado al “cambio”, aparece rodeado de acusaciones relacionadas con infiltración de redes narcotraficantes, la expresión más cruda del capitalismo ilegal y la corrupción sin límites.

 

Si se comprobara una infiltración criminal hacia una campaña o hacia cargos estratégicos, la crisis no sería solo jurídica. Sería una ruptura ideológica:

 

  • Hablar de Paz Total mientras se tolera la infiltración de estructuras criminales en la inteligencia estatal vacía ese concepto de sentido.
  • Defender justicia social mientras se generan vacíos que permiten a grupos armados ocupar territorios, ganar contratos y tomar e influir en decisiones es, en la práctica, ceder el Estado en nombre de la paz.

El mal diseño y la ejecución de la Paz Total abrieron puertas críticas: múltiples mesas de negociación simultáneas, inoperantes mecanismos de verificación, reducción operativa de Fuerzas Militares, cese de acciones delictivas sin verificación, intermediarios sin controles y presión por mostrar avances. Es el entorno perfecto para el crecimiento y generación de nuevas redes criminales:

 

Estos actores observan el sistema, detectan debilidades y se insertan como gestores de paz, líderes comunitarios o asesores territoriales, usando el discurso social para avanzar en sus intereses.

 

La pregunta clave es estratégica:

¿Cómo combate un gobierno las estructuras del crimen organizado si estas influyen en ascensos de militares y policías, la estrategia y la narrativa que define la política de seguridad?

 

Si el Estado no diferencia entre disidencias, redes narcotraficantes y estructuras híbridas, y además enfrenta señales de infiltración interna, el resultado no es paz sino una reconfiguración del crimen organizado desde una posición dominante.

3. De la Casa de Nariño a tu junta directiva: la lección empresarial

El error más peligroso sería que el sector privado vea el caso Calarcá como un asunto exclusivamente político. Lo que hoy ocurre en inteligencia estatal es el mismo patrón que muchas organizaciones privadas ya enfrentan sin ser conscientes.

 

Infiltración significa que un actor externo, con intereses ilícitos, logra insertarse, influir o capturar procesos internos para obtener ventajas en información o recursos. Colombia conoce este fenómeno desde hace décadas: Congreso infiltrado por el cartel de Medellín, el proceso 8.000, la parapolítica, el cartel de la toga, hoy, la inteligencia estatal. El sector privado nunca ha sido inmune; simplemente ha tenido menos titulares.

 

En las empresas, el crimen organizado busca cuatro objetivos:

  • Lavado de activos a través de contratos, adquisiciones y servicios fachada.
  • Espionaje corporativo para manipular mercados, licitaciones y competencia.
  • Control logístico para mover sus cargamentos ilícitos, influir en autoridades y usar cadenas de suministro como plataforma.
  • Concientizar y reclutar personal para sus organizaciones

El ejecutor de esto es el agente de infiltración. Un profesional impecable, recomendado por “gente de peso”, gana confianza rápidamente, ofrece ayudas no solicitadas y se mueve en espacios informales donde se toman decisiones clave. No entra por un contrato. Ingresa a las organizaciones buscando un acceso progresivo: primero datos, luego personas, después procesos críticos.

El caso Calarcá es un recordatorio contundente: lo que la información demuestra que ocurre hoy en la DNI puede ocurrir mañana en la:

 

  • Logística de una multinacional.
  • Infraestructura tecnológica.
  • Finanzas corporativas.
  • Juntas directivas de grandes corporaciones (EPM)

Las empresas que entienden el riesgo ya adoptan medidas como el vetting avanzado (búsqueda de antecedentes o debida diligencia ampliada), evaluaciones periódicas del riesgo de infiltración y la conformación o contratación de equipos multidisciplinarios de seguridad integral y de gestión de riesgos corporativos ya que como hemos visto, hoy en día cualquier área de la organización se encuentra altamente expuesta.

 

Las que no lo hagan, corren el riesgo de convertirse en vehículos inadvertidos del crimen organizado, tal como sucede con ciertas entidades estatales involucradas en este caso.

4. Conclusión y llamada a la acción

Los Archivos de Calarcá no son un episodio mediático. Son una radiografía de la vulnerabilidad del país: el Estado puede ser infiltrado, la Paz Total abrió brechas críticas y el crimen organizado entendió que no necesita ganar militarmente; le basta con capturar procesos y actores estratégicos.


La advertencia para las empresas es directa: si la seguridad del Estado está comprometida, la seguridad de tu organización también lo está.

La respuesta no puede ser solo indignación. Es necesario exigir:


  • Investigaciones rápidas y transparentes.
  • Refuerzo inmediato de controles de inteligencia y contrainteligencia, tanto públicos como privados.
  • “La infiltración no debe ocurrir: debe anticiparse, prevenirse y neutralizarse antes de que cualquier actor logre acceso indebido a estructuras sensibles.”

 Y una invitación final:

Si la inteligencia del Estado puede o ha sido infiltrada, ninguna empresa está completamente a salvo. Comparte este análisis, discútelo internamente y únete a la exigencia de una investigación seria y pública. El silencio y la falta de actuación también es un riesgo.

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4 comentarios en “Calarcá y la Infiltración Criminal: El Escándalo que ya Amenaza a Empresas y Estado”

  1. Muy buen análisis el que nos ofrece el Ingeniero Fernando Tapias; se devela un Caballo de Troya más en la historia contemporánea y nada menos que en la funcionalidad del estado.
    Toca a la misma Inteligencia Estratégica, realizar esa evaluación del daño, ante toda esa radiografía explícita, pero sobre todo, extender su paraguas funcional a todos los factores del poder nacional, donde no solamente la Empresa Privada está vulnerada, sino también, a la responsable de que todo esto que ha sucedido sea alarmante; La clase Política, allí debe de comenzar la verdadera depuración.
    No hay marcha atrás.

    Felicitaciones

  2. CR (r) Carlos E. Torres F.

    Dr. Fernando, excelente analisis; quisiera dejar un comentario sobre tan importante articulo:
    En un entorno donde estructuras criminales evolucionan más rápido que los sistemas de control, las organizaciones (públicas y privadas), necesitan pasar de la reacción a la anticipación: vetting avanzado, cultura de ciberseguridad, monitoreo continuo de riesgos internos y fortalecimiento de la contrainteligencia corporativa.
    El caso Calarcá no es un escándalo: es una advertencia estratégica.
    Si la inteligencia del Estado puede ser infiltrada, ninguna organización está exenta.
    Colombia necesita instituciones que investiguen con rigor, empresas que eleven sus estándares de protección interna y una conversación pública que reconozca la magnitud del riesgo sin minimizarlo.
    Ignorar esta alerta no solo sería un error: sería una vulnerabilidad operativa deliberada.

  3. El análisis comparativo de lo público llevado al campo de la empresa privada, es totalmente válido.

    Los delincuentes están planeando cómo infiltrar las organizaciones para sus fines normalmente económicos, dentro de la empresa privada es fundamental realizar de forma permanente análisis de riesgos.

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